martes, 22 de octubre de 2019

Para y disfrútate, que no eres una máquina


Nos han inculcado desde muy pequeños que tenemos que perseguir nuestros sueños y ser los mejores. OK, perfecto. Pero... ¿Nos han enseñado a saber disfrutar del camino? La respuesta es no. Y en realidad esto es extremadamente importante para no desesperarte o volverte loco, y en consecuencia es algo que todos deberíamos aprender a hacer, por nuestro propio bien como individuos y como sociedad.

Esta reflexión me nace porque esta semana me he dado cuenta (con algo de ayuda de un amigo y sus sabias palabras, tengo que reconocer) de que pese encontrarme en situaciones muy favorables a día de hoy (en el trabajo, en mi vida personal, en mis objetivos vitales) sufro más de lo que realmente debería hacerlo -en forma de agobio, estrés, ansiedad, incluso tristeza-; y todo se debe a que me cuesta parar a apreciar mi situación privilegiada. Y tengo que aprender a hacerlo, porque sino seré más infeliz que feliz, y eso no es ni bueno ni sano, y tampoco me lo merezco.

Por tanto, como conclusión y recomendación: es imprescindible parar a tomar un respiro de vez en cuando, porque cuando lo haces recuperas oxígeno, observas y aprecias dónde estás, recuerdas hacia dónde vas y por qué lo haces, y retomas tu camino con muchas más ganas y convicción.
Así que hazme un favor: para y respira, que vas bien ;)


<<Dum spiro, spero>>

(Mientras haya aliento, habrá esperanza)

No hay comentarios:

Publicar un comentario