Hace tres semanas tuve una entrevista y me cogieron en mi actual trabajo esencialmente gracias a mi experiencia. Sé que esto es lo que ocurre en la mayoría de entrevistas, pero that's not the point, no voy a hablar en términos de RRHH, no es lo mío. A lo que me refiero es que por fin me he dado cuenta de cuan vital es la experiencia para conseguir objetivos y prevenir fracasos.
Hablando en términos dualísticos (no os acostumbréis), considero que hay dos tipos de experiencia: la buena y la mala. Yo hoy hablaré de la que considero mala, porque la experiencia buena tampoco tiene mucho misterio; todos guardamos en nuestro cerebro momentos buenos que recordar. Pero estos no nos sirven para evolucionar, o no tanto.
La experiencia mala bien digerida, sin embargo, te ayuda por ejemplo a:
- Ser más resolutivo
- Ser más positivo
- Saber escuchar
- Saber hablar cuando toca
- Ser más empático
- Ser un líder
Pero lo más importante que esta te da es lo que en su día te quitó: tiempo de valor.
Quién no estuvo más enamorado de la cuenta? Quién no le habló mal a sus padres? Quién no supo perdonar? Quién no quiso intentarlo? Quién no eligió mal?... Todos perdimos tiempo cometiendo estos errores, y lo más seguro es que los sigamos cometiendo de vez en cuando, pero cada vez menos.
Si hacemos uso de nuestra experiencia mala, el recuerdo nos dirá: <<Ya has pasado por aquí, dont worry>> o <<Házlo>>, y de esta forma evitará que volvamos a cagarla y sobre todo permitirá que mejoremos más rápidamente.
Si hacemos uso de nuestra experiencia mala, el recuerdo nos dirá: <<Ya has pasado por aquí, dont worry>> o <<Házlo>>, y de esta forma evitará que volvamos a cagarla y sobre todo permitirá que mejoremos más rápidamente.
Por último, una frase que puede servirte como consejo:
<<La única diferencia entre quien se limitó a vivir y quien vivió su vida buscando sus límites es que el segundo se atrevió a equivocarse.>>
Por tanto, la clave está en hacer, errar y aprender. Sino, menudo aburrimiento de vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario