Dice la ciencia que los egoístas son más felices, y con el tiempo he podido comprobar que es verdad.
El egoísta prioriza su felicidad por encima de la de los demás, lo cual me parece muy bien; porque al final somos nosotros mismos quienes mejor nos conocemos y por tanto ¿quién mejor para hacernos sentir bien? No podemos depender de las acciones de otras personas, porque la vida es injusta y no siempre recibirás lo que te mereces por parte de otros; pero sí puedes hacer que todo lo que dependa de ti sea hecho para tu propio bien.
Ahora bien, cuidado con cruzar la delgada línea entre practicar el egoísmo o la egolatría. Está muy bien quererse mucho y actuar para tu propio bienestar, pero nunca llegues al extremo de quererte tanto que pienses que tu opinión es la única de valor!
Según la RAE, egoísta es:
Inmoderado y excesivo amor a si mismo, que hace atender desmedidamente al propio interés, sin cuidarse del de los demás.
Por último, debo decir que tampoco es necesario ser egoísta todo el tiempo. Es decir, considero que es muy sano practicar el egoísmo, es decir priorizar en hacer las cosas por ti; pero el día es largo y siempre hay tiempo para ayudar a quien te necesita y te merece.
¡¡¡Conócete y enamórate de ti. No te arrepentirás!!!